History of Spain
Sor Juana Inés de la Cruz: vida y mejores poemas
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Juana de Asbeje, conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, nació en Méjico en 1651, hija natural de un capitán español. En su adolescencia vivió en la Corte del Virrey Sebastián de Toledo como dama de compañía de la virreina lo que le permitió entrar en contacto con todo tipo de humanistas, en su mayoría licenciados y profesores de la Pontifica Universidad de Méjico. Mujer de gran belleza, en 1666, entró en la Orden de San Jerónimo que ya no abandonaría. Durante sus años de vida monástica escribió teatro, autos sacramentales, prosa y poesía. Su estilo predominante es el barroco, muy influida por el poeta español Luis de Góngora. Debido a su gran cultura y extensa obra literaria, fue llamada en su tiempo, “la Décima Musa”.
A continuación escucharás tres de los mejores poemas de Sor Juana Inés de la Cruz:
- Hombres necios que acusáis
- Detente, sobra de mi bien esquivo, y
- Este amoroso tormento
En el poema Hombres necios que acusáis, aborda el tema del trato desigual de la mujer por parte de los hombres y de la sociedad de su tiempo.
Hombres necios que acusáis
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y otra por fácil culpáis.
En el soneto Detente, sombra de mi bien esquivo, Sor Juana Inés de la Cruz habla del amor como una dulce seducción, pero también como una amenaza.
Detente, sombra de mi bien esquivo
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
En el poema religioso Este amoroso tormento, Sor Juana Inés de la Cruz explora el amor divino y duda de sus sentimientos hacia Dios.
Este amoroso tormento
Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
se que lo siento y no sé
la causa porque lo siento
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.
y cuando con mas terneza
mi infeliz estado lloro
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro,
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece,
después de tanto desvelo
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesión
(cualquiera) leve ocasión
me malogra todo el gusto.
Siento mal del mismo bien
con receloso temor
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.
Documentado por: Olegario Llamazares
Lectura de poemas: Fátima Miranda
A continuación escucharás tres de los mejores poemas de Sor Juana Inés de la Cruz:
- Hombres necios que acusáis
- Detente, sobra de mi bien esquivo, y
- Este amoroso tormento
En el poema Hombres necios que acusáis, aborda el tema del trato desigual de la mujer por parte de los hombres y de la sociedad de su tiempo.
Hombres necios que acusáis
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y otra por fácil culpáis.
En el soneto Detente, sombra de mi bien esquivo, Sor Juana Inés de la Cruz habla del amor como una dulce seducción, pero también como una amenaza.
Detente, sombra de mi bien esquivo
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
En el poema religioso Este amoroso tormento, Sor Juana Inés de la Cruz explora el amor divino y duda de sus sentimientos hacia Dios.
Este amoroso tormento
Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
se que lo siento y no sé
la causa porque lo siento
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.
y cuando con mas terneza
mi infeliz estado lloro
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro,
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece,
después de tanto desvelo
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesión
(cualquiera) leve ocasión
me malogra todo el gusto.
Siento mal del mismo bien
con receloso temor
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.
Documentado por: Olegario Llamazares
Lectura de poemas: Fátima Miranda