History of Spain
La defensa de Cartagena de Indias
¡UPS! Para ver vídeos en la web debes estar registrado, es totalmente gratuito.
3 visualizaciones
Sebastián de Eslava y Lassaga, en 1741, virrey de Nueva
Granada, como militar de carrera, estaba al mando en Cartagena de Indiascuando el almirante británico Vernon trató de tomarla.
Eslava era superior inmediato de Blas de Lezo y también fue artífice de la victoria española.
Sebastián de Eslava nació en 1685 en Enériz, Navarra.
Su padre fue gobernador militar, y también él siguió la carrera militar. Ingresó en el Tercio de Navarra y fue ascendiendo hasta ser destinado al Regimiento de Guardias Españolas.
Destacó en la guerra de Sucesión española, combatiendo del lado de Felipe de Anjou, posteriormente conocido como Felipe V, participando en los sitios de Barcelona de 1706 y 1714, en las campañas de Extremadura y de Portugal, así como en batallas como las de Almansa, Zaragoza, Almenar, Brihuega y Villaviciosa.
Con el nuevo rey, Eslava asciende a capitán, y en Italia, en la conquista de Sicilia, consigue rendir Mesina al frente del Regimiento Asturias.
Gracias a este logro, siendo ya caballero de Santiago, se le recompensa con la orden de Calatrava.
Posteriormente, pasó al norte de África, donde participa en la liberación de Ceuta y en la reconquista de Orán.
En 1739 se restaura el virreinato de Nueva Granada, y Sebastián de Eslava es nombrado virrey con el propósito de que un experto militar como él defendiese las posesiones españolas de la amenaza inglesa.
De hecho, tras la captura por parte del almirante británico Vernon de la plaza española de Portobelo, en el istmo de Panamá, el comercio de los buques españoles cargados de especias, chocolate, maíz, tabaco, oro y plata quedó amenazado en el Caribe.
Cartagena de Indias se perfilaba entonces como el siguiente objetivo inglés.
Inmediatamente, Eslava inició los preparativos para la defensa de Cartagena. Impulsó la fabricación de carruajes y municiones, reparó varios fuertes y el castillo de Bocachica, y mejoró el aprovisionamiento de la ciudad en previsión de un asedio prolongado, así como el entrenamiento militar de los españoles.
Tal como se esperaba, el 15 de marzo de 1741 los ingleses atacaron. El almirante Vernon contaba con 2.000 cañones a bordo de 186 navíos y con 27.000 hombres.
No se vería una escuadra mayor hasta el desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
Vernon estaba tan seguro de la victoria que envió a Inglaterra un mensaje anunciando que ya se había producido, por lo que se acuñaron monedas conmemorativas del triunfo inglés.
La fuerza que los españoles pudieron oponer era casi unas diez veces menor en hombres y en barcos, una cifra insignificante en comparación.
Pese a todo, a Blas de Lezo no le faltaba valor y quería salir a combatir en mar abierto con los 6 navíos españoles disponibles.
Eslava lo convenció para adoptar una estrategia más prudente, y esta fue la del desgaste inglés, hostigándoles continuamente para impedirles recolectar víveres y agua.
Eslava y Lezo trasladaron los cañones de los navíos españoles y sus tripulaciones a los fuertes de Manzanillo, San Felipe y San Luis de Bocachica, que defendían la bahía, desde donde causaron graves daños a los navíos ingleses.
El virrey sabía que el tiempo corría a su favor y que los ingleses tenían un enemigo entre ellos. Efectivamente, fueron presa del cólera, la disentería y el vómito negro, los cuales les causaron estragos.
Pese a ello y a la tenaz resistencia española, las tropas inglesas consiguieron llegar a las puertas de la fortaleza de San Felipe que, de haber caído, hubiese significado la victoria inglesa.
Los sucesivos asaltos de infantería de Vernon fueron rechazados por los españoles una y otra vez, ocasionando miles de bajas entre las filas enemigas.
Vernon hubo de reembarcar a sus hombres y ordenó un cañoneo de 30 días que resultó infructuoso. Finalmente, los ingleses, al levantar el sitio de Cartagena, incendiaron cinco de sus naves al carecer de tripulación por las bajas sufridas.
Eslava volvió a la España peninsular en 1750.
Entonces, fue nombrado director general de Infantería y luego ministro de Guerra.
Por su participación en la defensa de Cartagena, el rey Carlos III le otorgó, a título póstumo, el marquesado de la Real Defensa.
En memoria de Luis Londáiz Mencos .
Puedes ver más vídeos en historyofspain.es
Granada, como militar de carrera, estaba al mando en Cartagena de Indiascuando el almirante británico Vernon trató de tomarla.
Eslava era superior inmediato de Blas de Lezo y también fue artífice de la victoria española.
Sebastián de Eslava nació en 1685 en Enériz, Navarra.
Su padre fue gobernador militar, y también él siguió la carrera militar. Ingresó en el Tercio de Navarra y fue ascendiendo hasta ser destinado al Regimiento de Guardias Españolas.
Destacó en la guerra de Sucesión española, combatiendo del lado de Felipe de Anjou, posteriormente conocido como Felipe V, participando en los sitios de Barcelona de 1706 y 1714, en las campañas de Extremadura y de Portugal, así como en batallas como las de Almansa, Zaragoza, Almenar, Brihuega y Villaviciosa.
Con el nuevo rey, Eslava asciende a capitán, y en Italia, en la conquista de Sicilia, consigue rendir Mesina al frente del Regimiento Asturias.
Gracias a este logro, siendo ya caballero de Santiago, se le recompensa con la orden de Calatrava.
Posteriormente, pasó al norte de África, donde participa en la liberación de Ceuta y en la reconquista de Orán.
En 1739 se restaura el virreinato de Nueva Granada, y Sebastián de Eslava es nombrado virrey con el propósito de que un experto militar como él defendiese las posesiones españolas de la amenaza inglesa.
De hecho, tras la captura por parte del almirante británico Vernon de la plaza española de Portobelo, en el istmo de Panamá, el comercio de los buques españoles cargados de especias, chocolate, maíz, tabaco, oro y plata quedó amenazado en el Caribe.
Cartagena de Indias se perfilaba entonces como el siguiente objetivo inglés.
Inmediatamente, Eslava inició los preparativos para la defensa de Cartagena. Impulsó la fabricación de carruajes y municiones, reparó varios fuertes y el castillo de Bocachica, y mejoró el aprovisionamiento de la ciudad en previsión de un asedio prolongado, así como el entrenamiento militar de los españoles.
Tal como se esperaba, el 15 de marzo de 1741 los ingleses atacaron. El almirante Vernon contaba con 2.000 cañones a bordo de 186 navíos y con 27.000 hombres.
No se vería una escuadra mayor hasta el desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
Vernon estaba tan seguro de la victoria que envió a Inglaterra un mensaje anunciando que ya se había producido, por lo que se acuñaron monedas conmemorativas del triunfo inglés.
La fuerza que los españoles pudieron oponer era casi unas diez veces menor en hombres y en barcos, una cifra insignificante en comparación.
Pese a todo, a Blas de Lezo no le faltaba valor y quería salir a combatir en mar abierto con los 6 navíos españoles disponibles.
Eslava lo convenció para adoptar una estrategia más prudente, y esta fue la del desgaste inglés, hostigándoles continuamente para impedirles recolectar víveres y agua.
Eslava y Lezo trasladaron los cañones de los navíos españoles y sus tripulaciones a los fuertes de Manzanillo, San Felipe y San Luis de Bocachica, que defendían la bahía, desde donde causaron graves daños a los navíos ingleses.
El virrey sabía que el tiempo corría a su favor y que los ingleses tenían un enemigo entre ellos. Efectivamente, fueron presa del cólera, la disentería y el vómito negro, los cuales les causaron estragos.
Pese a ello y a la tenaz resistencia española, las tropas inglesas consiguieron llegar a las puertas de la fortaleza de San Felipe que, de haber caído, hubiese significado la victoria inglesa.
Los sucesivos asaltos de infantería de Vernon fueron rechazados por los españoles una y otra vez, ocasionando miles de bajas entre las filas enemigas.
Vernon hubo de reembarcar a sus hombres y ordenó un cañoneo de 30 días que resultó infructuoso. Finalmente, los ingleses, al levantar el sitio de Cartagena, incendiaron cinco de sus naves al carecer de tripulación por las bajas sufridas.
Eslava volvió a la España peninsular en 1750.
Entonces, fue nombrado director general de Infantería y luego ministro de Guerra.
Por su participación en la defensa de Cartagena, el rey Carlos III le otorgó, a título póstumo, el marquesado de la Real Defensa.
En memoria de Luis Londáiz Mencos .
Puedes ver más vídeos en historyofspain.es