History of Spain
Enfermedades mentales II: Esquizofrenia, trastorno bipolar y TLP
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LA ESQUIZOFRENIA
La esquizofrenia es un trastorno mental por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. Suele cursar con alucinaciones, delirios y trastornos del pensamiento y puede generar un comportamiento incapacitante si no es bien atendida.
Podemos imaginar que el funcionamiento de la mente es un mecanismo que se localiza entre diversas partes de nuestro cerebro. Pues bien, la esquizofrenia provoca la incapacidad de armonizar el cerebro imaginativo con el cerebro lógico, y el propio pensamiento puede percibirse como ajeno, como una voz interior de otro, como su hubiera dos mentes en una sóla; en una situación extrema, el paciente puede llegar a episodios delirantes alucinatorios.
El tratamiento médico farmacológico busca armonizar el funcionamiento entre partes del cerebro, pero ha de ser cuidadoso en su potencia, pues podría causar graves efectos secundarios que inciten al paciente a rechazar la medicación.
Y por lo que se refiere a la rehabilitación necesaria, es sorprendente lo que hay en común entre una buena unidad de rehabilitación y las pautas en los monasterios tales como: horarios predecibles, normas básicas de conducta, ambiente pacífico que incluye poner en voz alta pensamientos de paz, comida frugal, paseos, tareas sencillas de orden y limpieza, lectura, jardinería y cocina.
EL TRASTORNO BIPOLAR
El Trastorno Bipolar consiste en la alternancia de episodios de ánimo anormalmente bajo o depresivo, con otros de ánimo anormalmente exaltado. Los primeros pueden cursar con ideas delirantes de culpa, ruina o enfermedad grave; y los segundos con ideas de grandiosidad, exaltación religiosa o enamoramiento de personas famosos.
Generalmente comienza en torno a los 30 años de edad. Este trastorno tiene una indudable carga genética y curiosas analogías con los ciclos hormonales femeninos y los cambios estacionales del humor.
Para el tratamiento se emplean estabilizadores del humor, con buen control médico, y también otros fármacos, siempre con mucha prudencia, pues hay que evitar que se fluctúe de un polo anímico al opuesto.
Debe valorarse el ingreso del paciente si se presentan ideas o actos autolesivos, delirios, o abandono total de los cuidados básicos de salud.
TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD
El Trastorno Límite de la Personalidad, conocido también como TLP o borderline, es el diagnóstico aplicado a las personas con un patrón prolongado de comportamientos extremadamente polarizados, impulsividad y relaciones interpersonales inestables e intensas. A menudo hay una genuina dificultad para sentirse amado de manera segura, y la persona experimenta sentimientos de vacío o miedo al abandono.
El objetivo terapéutico con estas personas es acercarles a la autonomía en cuanto a la nutrición, sus necesidades interiores (afecto, reconocimiento y sentido) y en el alivio no dañino de sus emociones. No obstante, en las ocasiones en que haya peligro para ellos u otros, hay que contener externamente dicho peligro.
La clasificación y correcto diagnóstico de estos casos puede ser difícil en sí mismo, y delicado, por las consecuencias que un mal diagnóstico acarrea a los pacientes y su entorno.
Para quienes atienden o conviven con alguien diagnosticado de TLP es fundamental una preparación personal para poder mostrar empatía, ser flexible en lo negociable y firme en lo importante, evitando provocar reacciones propias dañinas como la violencia, el abandono, la mentira o la verdad descarnada.
La esquizofrenia es un trastorno mental por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. Suele cursar con alucinaciones, delirios y trastornos del pensamiento y puede generar un comportamiento incapacitante si no es bien atendida.
Podemos imaginar que el funcionamiento de la mente es un mecanismo que se localiza entre diversas partes de nuestro cerebro. Pues bien, la esquizofrenia provoca la incapacidad de armonizar el cerebro imaginativo con el cerebro lógico, y el propio pensamiento puede percibirse como ajeno, como una voz interior de otro, como su hubiera dos mentes en una sóla; en una situación extrema, el paciente puede llegar a episodios delirantes alucinatorios.
El tratamiento médico farmacológico busca armonizar el funcionamiento entre partes del cerebro, pero ha de ser cuidadoso en su potencia, pues podría causar graves efectos secundarios que inciten al paciente a rechazar la medicación.
Y por lo que se refiere a la rehabilitación necesaria, es sorprendente lo que hay en común entre una buena unidad de rehabilitación y las pautas en los monasterios tales como: horarios predecibles, normas básicas de conducta, ambiente pacífico que incluye poner en voz alta pensamientos de paz, comida frugal, paseos, tareas sencillas de orden y limpieza, lectura, jardinería y cocina.
EL TRASTORNO BIPOLAR
El Trastorno Bipolar consiste en la alternancia de episodios de ánimo anormalmente bajo o depresivo, con otros de ánimo anormalmente exaltado. Los primeros pueden cursar con ideas delirantes de culpa, ruina o enfermedad grave; y los segundos con ideas de grandiosidad, exaltación religiosa o enamoramiento de personas famosos.
Generalmente comienza en torno a los 30 años de edad. Este trastorno tiene una indudable carga genética y curiosas analogías con los ciclos hormonales femeninos y los cambios estacionales del humor.
Para el tratamiento se emplean estabilizadores del humor, con buen control médico, y también otros fármacos, siempre con mucha prudencia, pues hay que evitar que se fluctúe de un polo anímico al opuesto.
Debe valorarse el ingreso del paciente si se presentan ideas o actos autolesivos, delirios, o abandono total de los cuidados básicos de salud.
TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD
El Trastorno Límite de la Personalidad, conocido también como TLP o borderline, es el diagnóstico aplicado a las personas con un patrón prolongado de comportamientos extremadamente polarizados, impulsividad y relaciones interpersonales inestables e intensas. A menudo hay una genuina dificultad para sentirse amado de manera segura, y la persona experimenta sentimientos de vacío o miedo al abandono.
El objetivo terapéutico con estas personas es acercarles a la autonomía en cuanto a la nutrición, sus necesidades interiores (afecto, reconocimiento y sentido) y en el alivio no dañino de sus emociones. No obstante, en las ocasiones en que haya peligro para ellos u otros, hay que contener externamente dicho peligro.
La clasificación y correcto diagnóstico de estos casos puede ser difícil en sí mismo, y delicado, por las consecuencias que un mal diagnóstico acarrea a los pacientes y su entorno.
Para quienes atienden o conviven con alguien diagnosticado de TLP es fundamental una preparación personal para poder mostrar empatía, ser flexible en lo negociable y firme en lo importante, evitando provocar reacciones propias dañinas como la violencia, el abandono, la mentira o la verdad descarnada.