Blog de Lengua
Etimologías curiosas
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Muchas personas acuden a mí porque se agobian cuando tienen que escribir. Las dudas los asaltan. Me confiesan que se sienten desorientados y que no alcanzan los resultados que desean. El vocabulario plantea uno de los retos principales de la escritura.
De hecho, la mayor dificultad para aprender una lengua consiste en adquirir el vocabulario. Esto se aplica al aprendizaje de lenguas extranjeras, desde luego; pero también resulta pertinente en el caso del idioma materno. De hecho, aprender el vocabulario es una tarea que se prolonga durante toda la vida.
Yo sigo aprendiendo palabras constantemente y no paro de descubrir nuevos aspectos de aquellas que ya conozco. Es más, me preocupo si pasa un día completo sin encontrarme con un término nuevo.
Las palabras son los ladrillos con los que se construyen los textos. Cuanto mejor conozcas esos materiales, más partido les podrás sacar. Cada palabra es una cápsula del tiempo. La etimología te permite extraer de ella el significado original. Eso te proporciona una gran ventaja sobre quien desconoce ese significado primero.
Cuando yo me informo sobre los orígenes de una persona, estoy en una posición envidiable para entender quién es y cómo es esa persona hoy día. Me resulta más fácil comprender su comportamiento, sus reacciones, su psicología. Lo mismo ocurre con las palabras. Estudia sus orígenes y ganarás claridad. Sabrás quiénes son y y percibirás una nueva lógica en su comportamiento.
Hoy te propongo tres etimologías diferentes. Todas ellas son curiosas, todas ellas te aportan conocimiento, todas ellas merecen que les prestes atención.
Muchas personas acuden a mí porque se agobian cuando tienen que escribir. Las dudas los asaltan. Me confiesan que se sienten desorientados y que no alcanzan los resultados que desean. El vocabulario plantea uno de los retos principales de la escritura.
De hecho, la mayor dificultad para aprender una lengua consiste en adquirir el vocabulario. Esto se aplica al aprendizaje de lenguas extranjeras, desde luego; pero también resulta pertinente en el caso del idioma materno. De hecho, aprender el vocabulario es una tarea que se prolonga durante toda la vida.
Yo sigo aprendiendo palabras constantemente y no paro de descubrir nuevos aspectos de aquellas que ya conozco. Es más, me preocupo si pasa un día completo sin encontrarme con un término nuevo.
Las palabras son los ladrillos con los que se construyen los textos. Cuanto mejor conozcas esos materiales, más partido les podrás sacar. Cada palabra es una cápsula del tiempo. La etimología te permite extraer de ella el significado original. Eso te proporciona una gran ventaja sobre quien desconoce ese significado primero.
Cuando yo me informo sobre los orígenes de una persona, estoy en una posición envidiable para entender quién es y cómo es esa persona hoy día. Me resulta más fácil comprender su comportamiento, sus reacciones, su psicología. Lo mismo ocurre con las palabras. Estudia sus orígenes y ganarás claridad. Sabrás quiénes son y y percibirás una nueva lógica en su comportamiento.
Hoy te propongo tres etimologías diferentes. Todas ellas son curiosas, todas ellas te aportan conocimiento, todas ellas merecen que les prestes atención.