History of Spain
El reino Visigodo: Origen y reyes Visigodos
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El reino visigodo tuvo su origen en la caída del Imperio Romano. En el año 476 el Imperio Romano
terminó de colapsar debido a los graves problemas internos, tanto políticos como militares y a la
corrupción, pero también por la presión ejercida desde el exterior de sus fronteras por los denominados pueblos “bárbaros” que eran de origen germánico.
A principios del siglo V la península Ibérica tenía una población aproximada de 5 millones de personas.
En el año 409 fue invadida por tribus de Suevos, Vándalos y Alanos, estos últimos de origen asiático. En el año 416 aparecen los Visigodos que se habían aliado con Roma con la finalidad de eliminar de Hispania a las otras tribus invasoras. Los Visigodos eran aproximadamente 80.000 y estaban a su vez empujados por los Hunos y su caudillo Atila que subió al trono en el año 434.
Los Suevos resistieron en el noroeste peninsular, lo que hoy en día es Galicia. Los Visigodos cuya capital estaba en el sur de Francia, en Toulouse, fueron derrotados por los francos en la batalla de Vouillé y trasladaron la capital a Toledo en el centro de la Península Ibérica. En el sur, el imperio bizantino,
dirigido por Justiniano logró establecerse en gran parte del Mediterráneo.
En el año 585 el rey visigodo Leovigildo después de varias campañas militares consiguió la unificación geográfica al incorporar el Reino Suevo al Reino Visigodo. Su hijo Recaredo llevó a cabo la unificación religiosa al abandonar en el III Concilio de Toledo la herejía arriana, que negaba la Divinidad de Jesucristo, y convertirse al catolicismo que era la religión mayoritaria de la población hispano romana. A partir de entonces se realiza una importante política antijudia.
En el año 654 con la subida al trono del rey Recesvinto se promulgó el texto jurídico Liber Iudiciorum (Fuero juzgo), basado en los principios del Derecho Romano. Este texto supuso la unificación jurídica a todos los efectos entre la población de origen romano y los visigodos.
Hacia el año 710, tras la muerte del rey Witiza se suceden los enfrentamientos entre los pretendientes al trono que eran Rodrigo y Agila II. Las fuerzas del Califato Omeya se enfrentaron a Rodrigo en la batalla de Guadalete en la que Rodrigo perdió la vida. Pocos años después toda la península ibérica, excepto el norte, había sido conquistado por los musulmanes.
Los grandes intelectuales de la época visigoda fueron eclesiásticos como San Isidoro y San Leandro. San Isidoro que fue obispo de Sevilla escribió las Etimologías, la primera enciclopedia de la historia donde, a partir del origen de las palabras, se sistematizan y explican todos los conocimientos de su tiempo.
En lo que se refiere a la arquitectura, los edificios se construyen mediante una perfecta sillería, anchos muros y bóvedas de medio cañón; destacan las iglesias de San Juan de Baños en Palencia, San Pedro de la Nave en Zamora y Santa Comba de Banda en Orense. En orfebrería los visigodos trabajan muy bien el oro y la plata en los que incrustan piedras preciosas y cristales de colores para hacer joyas, coronas o cruces. Destacan los tesoros de Torredonjimeno en Jaén y el tesoro de Guadarrazar que contiene la corona de Recesvinto.
terminó de colapsar debido a los graves problemas internos, tanto políticos como militares y a la
corrupción, pero también por la presión ejercida desde el exterior de sus fronteras por los denominados pueblos “bárbaros” que eran de origen germánico.
A principios del siglo V la península Ibérica tenía una población aproximada de 5 millones de personas.
En el año 409 fue invadida por tribus de Suevos, Vándalos y Alanos, estos últimos de origen asiático. En el año 416 aparecen los Visigodos que se habían aliado con Roma con la finalidad de eliminar de Hispania a las otras tribus invasoras. Los Visigodos eran aproximadamente 80.000 y estaban a su vez empujados por los Hunos y su caudillo Atila que subió al trono en el año 434.
Los Suevos resistieron en el noroeste peninsular, lo que hoy en día es Galicia. Los Visigodos cuya capital estaba en el sur de Francia, en Toulouse, fueron derrotados por los francos en la batalla de Vouillé y trasladaron la capital a Toledo en el centro de la Península Ibérica. En el sur, el imperio bizantino,
dirigido por Justiniano logró establecerse en gran parte del Mediterráneo.
En el año 585 el rey visigodo Leovigildo después de varias campañas militares consiguió la unificación geográfica al incorporar el Reino Suevo al Reino Visigodo. Su hijo Recaredo llevó a cabo la unificación religiosa al abandonar en el III Concilio de Toledo la herejía arriana, que negaba la Divinidad de Jesucristo, y convertirse al catolicismo que era la religión mayoritaria de la población hispano romana. A partir de entonces se realiza una importante política antijudia.
En el año 654 con la subida al trono del rey Recesvinto se promulgó el texto jurídico Liber Iudiciorum (Fuero juzgo), basado en los principios del Derecho Romano. Este texto supuso la unificación jurídica a todos los efectos entre la población de origen romano y los visigodos.
Hacia el año 710, tras la muerte del rey Witiza se suceden los enfrentamientos entre los pretendientes al trono que eran Rodrigo y Agila II. Las fuerzas del Califato Omeya se enfrentaron a Rodrigo en la batalla de Guadalete en la que Rodrigo perdió la vida. Pocos años después toda la península ibérica, excepto el norte, había sido conquistado por los musulmanes.
Los grandes intelectuales de la época visigoda fueron eclesiásticos como San Isidoro y San Leandro. San Isidoro que fue obispo de Sevilla escribió las Etimologías, la primera enciclopedia de la historia donde, a partir del origen de las palabras, se sistematizan y explican todos los conocimientos de su tiempo.
En lo que se refiere a la arquitectura, los edificios se construyen mediante una perfecta sillería, anchos muros y bóvedas de medio cañón; destacan las iglesias de San Juan de Baños en Palencia, San Pedro de la Nave en Zamora y Santa Comba de Banda en Orense. En orfebrería los visigodos trabajan muy bien el oro y la plata en los que incrustan piedras preciosas y cristales de colores para hacer joyas, coronas o cruces. Destacan los tesoros de Torredonjimeno en Jaén y el tesoro de Guadarrazar que contiene la corona de Recesvinto.