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Cuida tu corazón: 8 consejos de salud cardiaca
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El corazón es el centro de la vida. Comienza su función desde el primer latido que se registra en el feto y pervive hasta el último suspiro.
Pero también el corazón se identifica con la fuente de nuestros sentimientos y emociones, cuando empleamos expresiones como: “se me rompe el corazón” o “te lo digo con el corazón en la mano”.
Por otra parte las enfermedades cardíacas siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo.
En este vídeo te ofrecemos 8 consejos sencillos sobre alimentación y ejercicio físico para mantener la salud cardíaca.
En cuanto a la alimentación debemos reducir el consumo de sal y azúcar, ya que un consumo excesivo de ambos contribuye a la hipertensión arterial y a la diabetes tipo II. Hoy en día una gran cantidad de individuos de la población mundial se ven obligados a tomar vasodilatadores en el caso de hipertensos o insulina en el caso de diabéticos.
También en la alimentación hay que hacer una dieta cardiosaludable que consiste en un mayor consumo de la grasas de origen vegetal frente a las de origen animal. Las grasas son necesarias para obtener energía para nuestro cuerpo, pero un exceso de grasas saturadas puede minar la salud. Según los expertos una dieta cardiosaludable no debería incluir más de un 30 % de grasas diarias, favoreciendo el consumo de las grasas mono y poliinsaturadas, como el aceite de oliva virgen extra o los ácidos grasos omega 3 presente en los pescados azules, frutos secos y algunos vegetales, que reducen el nivel de mediadores lipídicos pro-inflamatorios. Otra opción es sustituir las carnes rojas por pescado, carne blanca o queso desnatado.
Se debe disminuir el consumo de alcohol y de tabaco. No hay que hacer caso de la famosa frase de Groucho Marx “bebo para hacer interesantes a las demás personas”. El exceso prolongado de alcohol puede desembocar en una miocardiopatía grave. En el tabaco, la combustión de la nicotina produce monóxido de carbono, un vasoconstrictor que actúa sobre las arterias, perjudicando el riego sanguíneo.
¿Y qué decir del vino?. Según Cervantes el “vino que se bebe con medida jamás fue causa de daño”. El Consumo de vino con moderación, por ejemplo una copa diaria puede ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas porque complementa la comida por su contenido en resverantrol, es un potente antioxidante natural, aumenta los niveles de colesterol “bueno”, protege las arterias y estabiliza la flora intestinal.
Además de cuidar la alimentación, también se debe vigilar el horario de las comidas. El desayuno puede ser copioso, y a medida que avance el día debe restringirse la cantidad de comida. Es aconsejable no cenar después de las nueve de la noche. La fruta y los dulces conviene tomarlos separados de las comidas, pues su contenido en azúcares desencadena diversas reacciones enzimáticas que pueden retardar la digestión.
En cuanto a la actividad física beneficiosa para nuestro corazón, caminar a diario a un ritmo rápido
es una alternativa mejor que correr. Debe realizarse con un buen hábito de posturas y calzado
adecuado. Caminar estimula el sistema cardiovascular y ayuda a controlar los niveles de colesterol
y glucosa. Fortalece la musculatura y facilita el sueño.
Además de caminar debemos mantener una rutina diaria de ejercicios con una duración de unos 30 minutos, 4 veces por semana. Con ello, se mantiene la tonificación y flexibilidad del cuerpo, se sanea el sistema cardiovascular, se contrarresta la hipertensión arterial y se retrasa la degeneración ósea.
Por último, para tener una buena salud cardíaca es necesario mantener un peso adecuado Debido a los malos hábitos alimentarios y al sedentarismo, cada día es mayor el número de personas con sobrepeso. Por ello debemos combinar un buen nivel de actividad física con una buena alimentación como la de la dieta mediterránea. La obesidad tiene efectos muy perniciosos para el corazón: predispone a la dislipemia, genera hipertensión arterial, aumenta los riesgos de diabetes mellitus y contribuye a la aparición de enfermedades crónicas. En definitiva, mala calidad de vida y muerte prematura
Pero también el corazón se identifica con la fuente de nuestros sentimientos y emociones, cuando empleamos expresiones como: “se me rompe el corazón” o “te lo digo con el corazón en la mano”.
Por otra parte las enfermedades cardíacas siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo.
En este vídeo te ofrecemos 8 consejos sencillos sobre alimentación y ejercicio físico para mantener la salud cardíaca.
En cuanto a la alimentación debemos reducir el consumo de sal y azúcar, ya que un consumo excesivo de ambos contribuye a la hipertensión arterial y a la diabetes tipo II. Hoy en día una gran cantidad de individuos de la población mundial se ven obligados a tomar vasodilatadores en el caso de hipertensos o insulina en el caso de diabéticos.
También en la alimentación hay que hacer una dieta cardiosaludable que consiste en un mayor consumo de la grasas de origen vegetal frente a las de origen animal. Las grasas son necesarias para obtener energía para nuestro cuerpo, pero un exceso de grasas saturadas puede minar la salud. Según los expertos una dieta cardiosaludable no debería incluir más de un 30 % de grasas diarias, favoreciendo el consumo de las grasas mono y poliinsaturadas, como el aceite de oliva virgen extra o los ácidos grasos omega 3 presente en los pescados azules, frutos secos y algunos vegetales, que reducen el nivel de mediadores lipídicos pro-inflamatorios. Otra opción es sustituir las carnes rojas por pescado, carne blanca o queso desnatado.
Se debe disminuir el consumo de alcohol y de tabaco. No hay que hacer caso de la famosa frase de Groucho Marx “bebo para hacer interesantes a las demás personas”. El exceso prolongado de alcohol puede desembocar en una miocardiopatía grave. En el tabaco, la combustión de la nicotina produce monóxido de carbono, un vasoconstrictor que actúa sobre las arterias, perjudicando el riego sanguíneo.
¿Y qué decir del vino?. Según Cervantes el “vino que se bebe con medida jamás fue causa de daño”. El Consumo de vino con moderación, por ejemplo una copa diaria puede ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas porque complementa la comida por su contenido en resverantrol, es un potente antioxidante natural, aumenta los niveles de colesterol “bueno”, protege las arterias y estabiliza la flora intestinal.
Además de cuidar la alimentación, también se debe vigilar el horario de las comidas. El desayuno puede ser copioso, y a medida que avance el día debe restringirse la cantidad de comida. Es aconsejable no cenar después de las nueve de la noche. La fruta y los dulces conviene tomarlos separados de las comidas, pues su contenido en azúcares desencadena diversas reacciones enzimáticas que pueden retardar la digestión.
En cuanto a la actividad física beneficiosa para nuestro corazón, caminar a diario a un ritmo rápido
es una alternativa mejor que correr. Debe realizarse con un buen hábito de posturas y calzado
adecuado. Caminar estimula el sistema cardiovascular y ayuda a controlar los niveles de colesterol
y glucosa. Fortalece la musculatura y facilita el sueño.
Además de caminar debemos mantener una rutina diaria de ejercicios con una duración de unos 30 minutos, 4 veces por semana. Con ello, se mantiene la tonificación y flexibilidad del cuerpo, se sanea el sistema cardiovascular, se contrarresta la hipertensión arterial y se retrasa la degeneración ósea.
Por último, para tener una buena salud cardíaca es necesario mantener un peso adecuado Debido a los malos hábitos alimentarios y al sedentarismo, cada día es mayor el número de personas con sobrepeso. Por ello debemos combinar un buen nivel de actividad física con una buena alimentación como la de la dieta mediterránea. La obesidad tiene efectos muy perniciosos para el corazón: predispone a la dislipemia, genera hipertensión arterial, aumenta los riesgos de diabetes mellitus y contribuye a la aparición de enfermedades crónicas. En definitiva, mala calidad de vida y muerte prematura